El sector aéreo ha experimentado un notable crecimiento en la demanda durante el pasado mes de marzo, con un incremento promedio del 13.8% en términos de ingreso por pasajero/kilómetro en comparación con el mismo período del año anterior. A nivel internacional, este crecimiento alcanzó un impresionante 18.9%. Sin embargo, este aumento en la demanda ha superado la capacidad disponible, planteando desafíos significativos para la industria aeronáutica.
El problema radica en que la capacidad instalada, es decir, los asientos disponibles en las aeronaves, ha experimentado crecimientos menores en comparación con la demanda. Esta discrepancia se agrava con la persistente crisis del B-737 de Boeing, a pesar de los avances en su modelo 787.
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Por otro lado, Airbus también enfrenta obstáculos en su cadena de suministro, lo que limita su capacidad de producción. Aunque el modelo A350 de doble pasillo muestra un buen ritmo de fabricación, la demanda se concentra en el A321-neo, lo que evidencia una brecha entre el mercado y la producción.
Ante esta situación, emergen dos actores con fuerza: Embraer y Comac, los fabricantes brasileño y chino respectivamente, que buscan ingresar al mercado de aeronaves de 100 o más pasajeros. Aunque Comac podría tardar en penetrar los mercados occidentales, el mercado chino representa un importante campo de pruebas para su modelo Comac-919.
En cuanto a Embraer, su presencia se fortalece, especialmente con posibles adquisiciones por parte de aerolíneas como la nueva Mexicana. Sus modelos, más económicos y con una sólida reputación, ofrecen una alternativa atractiva, especialmente frente a la incertidumbre que rodea a los competidores chinos.
Con el crecimiento de China e India en la demanda aérea, se vislumbra una nueva polaridad en la industria, con la expansión hacia nuevos mercados y la consolidación de nuevos jugadores. A medida que el mundo se prepara para abrazar una nueva era en la aviación, surge la pregunta: ¿qué nos depara en el futuro de los cielos?
Fuente: El Economista
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