La economía de los transportistas de carga en México ha sufrido un duro golpe durante el primer semestre de 2024. Según datos revelados por Manuel Mendoza García, presidente de la Asociación Civil de Camioneros Tamexun, los ingresos de los llamados “hombres-camión” han disminuido un alarmante 30% en comparación con el mismo período del año anterior. Este retroceso coloca al sector en una situación crítica, que amenaza la subsistencia de miles de trabajadores y sus familias.
Las causas del desplome: Inseguridad e inflación
Mendoza García destacó que dos factores principales están detrás de esta crisis: la inseguridad en las carreteras y el aumento generalizado de los precios. La inseguridad, que afecta a gran parte del país, ha convertido a los transportistas en objetivos fáciles para los delincuentes. Los asaltos a camiones, donde se roban tanto las mercancías como las unidades de carga, se han vuelto cada vez más frecuentes, generando un clima de temor e incertidumbre entre los conductores.
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“El tema económico en la cuestión del transporte ha ido para abajo. La gente, el transportista, se sale con la desconfianza con tantos asaltos. Ya no andamos seguros. En todas las carreteras del país se presentan estos asaltos y, pues, eso nos pega”, expresó Mendoza en una reciente entrevista.
Además, la inflación ha encarecido los insumos necesarios para la operación diaria de los camiones. El aumento en los precios del diésel, los aceites y las refacciones ha incrementado los costos operativos, reduciendo aún más los márgenes de ganancia. Este fenómeno ha obligado a muchos transportistas a buscar alternativas más económicas, como la compra de productos genéricos o de origen asiático, especialmente de China. Sin embargo, estas medidas de ahorro apenas han logrado amortiguar el impacto económico en el sector.
Las consecuencias para los transportistas
La situación ha llevado a muchos transportistas a adoptar estrategias de supervivencia, como reducir la adquisición de insumos de marcas comerciales en favor de opciones más baratas. No obstante, esta tendencia también conlleva riesgos, ya que la calidad de los productos genéricos puede no ser tan alta, lo que podría afectar la seguridad y la eficiencia de los camiones a largo plazo.
A pesar de estas dificultades, muchos transportistas siguen trabajando, conscientes de los peligros que enfrentan. “Varios transportistas no han desistido de la actividad y salen a trabajar a sabiendas de la situación que se vive en el país”, comentó Mendoza. Sin embargo, el miedo a ser víctimas de delitos, que van desde los asaltos hasta las agresiones físicas e incluso asesinatos, pesa cada vez más en la mente de los conductores.
La necesidad de una intervención urgente
Ante este sombrío panorama, la Asociación Civil de Camioneros Tamexun ha hecho un llamado a las autoridades para que tomen medidas inmediatas que garanticen la seguridad en las carreteras y ayuden a mitigar los efectos de la inflación. La organización ha propuesto una serie de iniciativas, que incluyen la implementación de mayores controles de seguridad en los tramos más peligrosos y la regulación de los precios de los insumos críticos para el sector.
“Los transportistas están en un punto crítico. Si no se toman medidas pronto, podríamos ver una paralización del sector, lo que tendría consecuencias devastadoras para la economía nacional”, advirtió Mendoza.
El sector del transporte de carga en México se enfrenta a una de sus peores crisis en años. La combinación de la inseguridad y la inflación ha creado un entorno insostenible para los transportistas, quienes ven cómo sus ingresos se desmoronan mientras los riesgos aumentan. Si bien algunos han adoptado medidas de ahorro, estas no son soluciones a largo plazo. La intervención del gobierno se presenta como crucial para evitar el colapso de un sector vital para la economía del país. Sin una respuesta adecuada, el futuro de los hombres-camión y de toda la cadena de suministro en México podría estar en peligro.
Fuente: El Sol de San Juan del Río
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