Puebla se ha convertido en un foco rojo de la inseguridad en México, escalando al segundo lugar en la lista de estados con mayor riesgo para el tránsito de mercancías por carretera. El tramo de la carretera federal 150D, que conecta a Veracruz con la Ciudad de México, ha visto un alarmante incremento en los robos, muchos de ellos violentos. Según datos de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV), en lo que va del año se han reportado 385 incidentes de robo de vehículos en Puebla, superando a Jalisco y convirtiéndose en una de las entidades más peligrosas para los transportistas.
David Román, presidente de la ANERPV, destacó que los puntos más críticos en Puebla se encuentran en San Martín Texmelucan y en Esperanza, zonas estratégicas que colindan con importantes rutas comerciales. “En uno de los estados en donde definitivamente debemos de profundizar la estrategia de seguridad es Puebla. Ahí necesitamos ayuda en la carretera federal y sobre todo en el tramo de San Martín a Puebla y de Puebla a Esperanza”, afirmó Román en una entrevista con Expansión.
La carretera 150D
La carretera 150D es un eje fundamental para el comercio en México, facilitando el traslado de mercancías desde el Golfo hacia la capital del país. Sin embargo, el aumento de la delincuencia en este corredor ha generado serias preocupaciones entre los empresarios del sector. El impacto de esta inseguridad no solo afecta a los transportistas, sino que también repercute en la cadena de suministro y, por ende, en el consumidor final.
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Los números son preocupantes. Mientras que el Estado de México mantiene el primer lugar en robos de vehículos, su participación en los incidentes a nivel nacional ha disminuido del 30% al 25% en 2024, gracias a las estrategias de seguridad implementadas en la entidad. La colaboración entre la Guardia Nacional y las autoridades locales ha permitido asegurar rutas clave, incluidas aquellas que conducen al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
La urgente necesidad de colaboración entre autoridades y sector privado
Román enfatizó que la colaboración entre la iniciativa privada y las autoridades es esencial para combatir la inseguridad en Puebla. La experiencia del Estado de México puede servir como un modelo a seguir. “La Guardia Nacional se consolidó, pero sí tuvo una curva de aprendizaje que fue difícil… Lo que vimos en la segunda parte del sexenio fue una Guardia Nacional mucho más establecida, asentada en las carreteras”, indicó.
Este modelo de colaboración es precisamente lo que Puebla necesita para revertir la tendencia de aumento en la delincuencia. El papel de la iniciativa privada no debe ser subestimado; trabajar juntos puede resultar en una recopilación de información más valiosa sobre las bandas organizadas y sus modus operandi.
El cambio de administración y su impacto en la inseguridad
Otro aspecto preocupante señalado por Román es el aumento de delitos en otros estados, como Hidalgo, coincidiendo con el cambio de administración. “Cuando sucede un cambio de administración, es común que los niveles de inseguridad vayan al alza, tal como pasó en el estado de Hidalgo. Ese es otro estado en donde hay que poner especial atención”, añadió.
La situación en Puebla es un reflejo de un problema más amplio que enfrenta el país. A medida que la delincuencia en las carreteras se vuelve más frecuente, se hace imperativo que se tomen medidas contundentes y efectivas para abordar esta crisis. Las estrategias de seguridad no pueden ser solo palabras vacías; necesitan ser implementadas de manera efectiva para garantizar la seguridad de todos los involucrados en el transporte de mercancías.
Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, se han prometido esfuerzos renovados para fortalecer la seguridad en las carreteras mediante un enfoque en inteligencia y la mejora de la coordinación entre las autoridades federales y estatales. Este anuncio ha sido recibido con optimismo por Román y otros miembros del sector. Sin embargo, existe una clara necesidad de que la iniciativa privada se convierta en un socio clave en este esfuerzo.
“Si trabajamos en conjunto, se tendrá una información mucho más valiosa de las bandas organizadas, de los modus operandi, de las formas en las que están operando en las carreteras”, subrayó Román, resaltando la importancia de una estrategia integral que incluya a todos los actores involucrados en el transporte.
Fuente: Expansión
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