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¿Es el futuro de las ciudades sin automóviles?

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En Leipzig, Alemania, el transporte público y las ciclovías han tomado el protagonismo, reduciendo significativamente el espacio destinado a los vehículos particulares. Este modelo innovador y sostenible se destacó como un ejemplo a seguir durante el cierre de la cumbre anual del Foro Internacional de Transporte (IFT), donde especialistas y autoridades coincidieron en la necesidad de replicar esta estrategia en las metrópolis de todo el mundo.

Burkhard Jung, alcalde de Leipzig, subrayó la importancia de devolver las ciudades a las personas y reducir el espacio para los automóviles particulares, promoviendo en su lugar un sistema de transporte público robusto y eficiente. “Es un largo camino, se necesita tiempo para transformar esto, pero el transporte público será un factor clave”, afirmó Jung, destacando el compromiso de Leipzig con esta visión.

El ministro de Transportes y Telecomunicaciones de Chile, Juan Carlos Muñoz, quien recientemente asumió la presidencia del ITF, señaló que para alcanzar esta meta es esencial contar con fondos provenientes tanto de inversiones públicas como privadas. “Necesitamos un compromiso financiero serio para mejorar nuestras infraestructuras de transporte”, enfatizó Muñoz.

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Mohamed Mezghani, secretario general de la Unión Internacional de Transporte Público (UITP), aportó una perspectiva económica crucial al debate. Mezghani recordó que por cada dólar invertido en mejorar o ampliar el transporte público, se genera un retorno de entre cuatro y cinco dólares para la economía local. Además, señaló que el transporte público crea un 25% más de empleos en las ciudades, impulsando así el desarrollo económico y social.

Lake Sagaris, académica y experta en transporte, destacó los beneficios sociales de un sistema de transporte público eficiente. Según Sagaris, mejorar y reducir los tiempos de los trayectos no solo tiene un impacto positivo en la percepción de seguridad y sustentabilidad, sino que también contribuye a la cohesión social y al bienestar general de la población urbana.

Los especialistas coincidieron en que cualquier cambio significativo en la política de transporte debe ser inclusivo y considerar las demandas y necesidades de la población. Escuchar a la comunidad y fomentar su participación activa en el proceso de toma de decisiones es fundamental para asegurar el éxito y la aceptación de estas iniciativas.

Leipzig está demostrando que es posible construir ciudades más habitables y sostenibles mediante la reducción del espacio destinado a los automóviles y la promoción de un transporte público eficiente. Este modelo no solo mejora la calidad de vida de sus habitantes, sino que también aporta beneficios económicos y sociales significativos. Otras ciudades del mundo deberían mirar a Leipzig como un faro de innovación y compromiso con un futuro más verde y equitativo.

Fuente: El Sol de México