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Revisión del T-MEC: Nueva ruta para la logística mexicana

Revisión del T-MEC: Nueva ruta para la logística mexicana
Crédito Imagen: The Logistic World

Revisión del T-MEC: México enfrenta un nuevo reto logístico en el comercio internacional

Ante la inminente revisión del T-MEC, prevista originalmente para julio de 2026 pero que podría adelantarse a septiembre de 2025, México se encuentra ante una coyuntura clave para redefinir su estrategia logística y comercial.

La confirmación, hecha por Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Economía, abre un periodo de preparación crítica para sectores estratégicos como el automotriz, donde las reglas de origen más estrictas, la incertidumbre arancelaria y los desafíos en infraestructura exigen respuestas ágiles, colaborativas y tecnológicamente avanzadas.

Una nueva etapa para el comercio exterior mexicano

El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en vigor desde 2020, ha sido un pilar del comercio mexicano, especialmente en el sector automotriz, que representa aproximadamente el 30% de las exportaciones nacionales. Solo en 2024, México exportó vehículos por 48,704 millones de dólares a Estados Unidos y captó casi 3,000 millones en inversión extranjera directa.

Sin embargo, el cumplimiento de las reglas de origen —que exigen un 75% de contenido regional en vehículos ligeros— ha convertido la logística en un rompecabezas técnico. La coordinación entre fabricantes, proveedores, transportistas y agentes aduanales debe ser perfecta para evitar errores en la certificación de origen que pueden implicar aranceles adicionales o demoras críticas.

“El mayor reto logístico será cumplir las reglas de origen sin disparar costos ni perder competitividad”, señalan analistas del sector.

Presión arancelaria y nearshoring: un equilibrio complejo

Aunque la tregua comercial firmada en marzo de 2025 entre México y EE. UU. alivió temporalmente la tensión arancelaria, la posible reelección de Donald Trump ha revivido la incertidumbre. Frente a este escenario, México debe acelerar su capacidad de adaptación para mantener su atractivo frente a otros polos manufactureros como Vietnam o Polonia.

El fenómeno del nearshoring ha traído inversiones récord a estados como Nuevo León, con la instalación de naves industriales orientadas a la exportación. Pero este auge requiere infraestructura moderna y funcional, algo que aún presenta desafíos. Proyectos estratégicos como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec buscan optimizar las rutas logísticas, pero puertos, carreteras y ferrocarriles siguen enfrentando cuellos de botella, así como aduanas que, pese a los avances digitales, aún operan con procesos manuales.

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Sostenibilidad y tecnología: factores clave en la logística del futuro

El T-MEC también impone metas ambientales. En sectores como el automotriz, el transporte de baterías para vehículos eléctricos está sujeto a regulaciones como el IMDG o el ADR. No obstante, las políticas estadounidenses que priorizan los combustibles fósiles podrían entorpecer la transición hacia flotas más limpias, generando una disyuntiva entre sostenibilidad y eficiencia de costos.

En respuesta, el sector logístico mexicano debe impulsar soluciones tecnológicas como Inteligencia Artificial (IA) para optimizar rutas, prever interrupciones y reducir tiempos, o blockchain para garantizar trazabilidad en la cadena de suministro. La colaboración público-privada será vital para modernizar la infraestructura y acelerar la transición hacia prácticas más responsables.

Mirar más allá de América del Norte

Diversificar mercados también será crucial. Aprovechar tratados como el Acuerdo Global México–Unión Europea o explorar nuevas oportunidades en Asia y América Latina permitirá reducir la dependencia del mercado estadounidense y posicionar a México como un puente logístico y comercial a nivel global.

Conclusión

A medida que se aproxima la revisión del T-MEC, México tiene ante sí una oportunidad única para convertir los desafíos logísticos en ventajas competitivas. Apostar por la innovación, la integración regional y la sostenibilidad permitirá consolidar al país como un actor clave en el comercio internacional del siglo XXI.

Fuente: T21