Robo a transporte de carga migra a nuevas rutas pese a estrategia federal de seguridad
Ciudad de México, 7 de octubre de 2025 — Aunque el gobierno federal y la Guardia Nacional reportan una reducción significativa en los robos al transporte de carga, la realidad en las carreteras mexicanas revela una dinámica más compleja: los grupos delictivos no han sido desarticulados, sino que han desplazado sus operaciones hacia nuevas rutas y municipios con menor vigilancia, según advierten especialistas y organizaciones del sector logístico.
De acuerdo con reportes de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV), los asaltos han disminuido en tramos tradicionalmente conflictivos como las autopistas México–Querétaro y México–Puebla, pero resurgen en zonas colindantes menos resguardadas. Municipios como Coyotepec, Huehuetoca, Tepotzotlán y Soyaniquilpan, en el Estado de México, se han convertido en nuevos focos de robo, desplazando la incidencia hacia zonas más vulnerables.
Cifras oficiales vs. realidad en las rutas
La estrategia “Cero Robos al Transporte”, impulsada por el gobierno federal, presume una baja del 28 % en la incidencia general del delito, con reducciones de hasta 55 % en ciertos tramos priorizados. No obstante, expertos del sector advierten que estos datos no reflejan una solución de fondo, sino una relocalización del problema.
“El robo no ha desaparecido, solo cambió de lugar. Donde hoy hay vigilancia, mañana puede no haberla. Los delincuentes se adaptan más rápido que el Estado”, señaló un vocero de ANERPV.
Nueva geografía del delito
Las autopistas 57D y 150D, claves para el tránsito entre Ciudad de México, Saltillo, Puebla y Veracruz, muestran señales claras de esta migración delictiva. Aunque algunas secciones priorizadas están más seguras, otras —particularmente en zonas limítrofes entre estados— han visto un repunte de asaltos.
Además del Estado de México, Querétaro, Guanajuato y San Luis Potosí aparecen como nuevos puntos críticos, según los mapas de riesgo actualizados por empresas de monitoreo vehicular.
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Fallas estructurales en la seguridad carretera
Analistas y medios como Milenio han advertido que la Guardia Nacional carece de una fuerza especializada para combatir el robo al transporte. A pesar de su despliegue masivo, su diseño como cuerpo militar generalista le resta efectividad ante delitos logísticos, que requieren inteligencia puntual y conocimiento del modus operandi criminal.
A esto se suma la descoordinación con autoridades locales. Cuando los robos se trasladan a municipios más pequeños o rurales, la respuesta institucional suele ser lenta o inexistente, debido a la falta de recursos, tecnología y personal capacitado. Esto convierte a esos territorios en verdaderas zonas de impunidad.
Desconfianza del sector transportista
Transportistas consultados coinciden en que la reducción porcentual en las cifras no se traduce en seguridad real en carretera. La percepción es que, más allá de los anuncios oficiales, siguen circulando con temor, especialmente en tramos donde la vigilancia es intermitente o nula.
“El problema es que los discursos de éxito pueden generar complacencia, mientras los riesgos se trasladan a zonas menos visibles. Necesitamos una estrategia móvil, anticipatoria, y no solo reactiva”, sostuvo un representante del gremio.
¿Qué falta por hacer?
Expertos plantean una serie de acciones urgentes para frenar esta migración delictiva:
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Mapeo dinámico de rutas emergentes y despliegue de operativos móviles en lugar de controles fijos.
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Fortalecimiento de la inteligencia local, incluyendo el uso de cámaras, reportes de transportistas y análisis de patrones delictivos.
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Capacitación especializada para unidades de la Guardia Nacional dedicadas a la seguridad carretera.
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Alianzas tecnológicas entre empresas de transporte, aseguradoras y autoridades, que incluyan sistemas de rastreo y alertas tempranas.
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Transparencia en la comunicación gubernamental, para evitar que los avances oculten el surgimiento de nuevas zonas vulnerables.
Fuente: Transporte.Mx