El sector del transporte de mercancías en México atraviesa por una fase de incertidumbre significativa. Según el presidente de la Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas (AMOTAC), José Luis Guillen González, la movilidad de mercancías en el país ha disminuido considerablemente en los últimos meses. Esta caída en la demanda de servicios de transporte está directamente relacionada con la incertidumbre política generada por la transición de gobierno, así como con una desaceleración de la actividad económica.
El líder de AMOTAC advirtió que muchos empresarios han adoptado una postura de cautela en sus actividades productivas debido al cambio de sexenio. El sector transportista, que suele ser un termómetro de la salud económica, ha sido uno de los más afectados, ya que los inversionistas prefieren esperar a conocer las directrices que tomará el nuevo gobierno encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Incertidumbre política y económica: Un freno para la movilidad
El cambio de administración siempre trae consigo una atmósfera de incertidumbre, pero en esta ocasión, el panorama es más complejo debido a las políticas económicas implementadas por el expresidente López Obrador, que han dejado huellas en la confianza empresarial. Guillen González destacó que los empresarios temen que estas políticas se mantengan, lo que podría continuar afectando el dinamismo económico.
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“Muchos inversionistas están a la espera de ver cómo se desarrolla el gobierno de Sheinbaum. Si las políticas económicas siguen la misma línea que las de López Obrador, existe el riesgo de que la actividad productiva continúe en pausa, afectando directamente la demanda de transporte de mercancías”, afirmó el líder transportista.
Este ambiente de espera y precaución ha resultado en una reducción de servicios de transporte, lo que a su vez afecta a las pequeñas flotillas de camiones de carga, que dependen de esta actividad para su sustento diario. Para muchos dueños de estas pequeñas empresas, la situación actual es un golpe directo a su economía, pues la reducción de la movilidad de mercancías implica una baja en sus ingresos.
Factores externos: Fluctuación del dólar y su impacto
A la incertidumbre política se suma otro factor clave que agrava la situación: la fluctuación del dólar. Según Guillen González, muchas empresas mexicanas dependen de la estabilidad del tipo de cambio, ya que sus operaciones, relacionadas con la importación y exportación de mercancías, se ven afectadas por la volatilidad de la moneda estadounidense. La compra y venta de bienes está estrechamente ligada al valor del dólar, y cualquier variación en su precio impacta directamente en los costos del transporte y las operaciones logísticas.
El líder transportista subrayó que las empresas prefieren adoptar una postura conservadora en un escenario donde el dólar puede disparar los costos operativos. Esta situación, combinada con la incertidumbre política, forma una tormenta perfecta que ha paralizado a gran parte del sector transportista.
Esperanza en la temporada de fin de año
A pesar del sombrío panorama actual, Guillen González confía en que los meses de noviembre y diciembre puedan traer una recuperación en la actividad de transporte de mercancías. Históricamente, la temporada de fin de año impulsa el comercio, generando un repunte económico que podría beneficiar al sector transportista. Las festividades, como Navidad y Año Nuevo, tienden a incrementar la demanda de bienes de consumo, lo que podría traducirse en un aumento de los servicios de transporte.
No obstante, el líder de AMOTAC advirtió que la clave para una recuperación sostenida radica en generar condiciones de certidumbre en el país. Es necesario que el gobierno federal implemente políticas que reaviven la confianza empresarial y promuevan la inversión, de modo que los consumidores también se sientan incentivados a destinar sus ingresos al comercio.
Resistencia de los pequeños transportistas
A pesar de las dificultades, muchos dueños de pequeñas flotillas de camiones de carga han adoptado una postura de resistencia. Estos pequeños empresarios, que dependen del transporte de mercancías como su principal fuente de sustento, están dispuestos a aguantar las dificultades actuales con la esperanza de que las condiciones mejoren en el corto plazo.
“Sabemos que vienen tiempos difíciles, pero no podemos rendirnos. El transporte es nuestra vida y lo seguiremos haciendo, esperando que las cosas mejoren”, concluyó Guillen González, reflejando el sentir de miles de transportistas en todo el país.
En definitiva, el futuro del transporte de mercancías en México dependerá en gran medida de cómo el nuevo gobierno maneje la situación política y económica del país, y si logra restaurar la confianza de los inversionistas para reactivar la actividad productiva y, con ello, el sector transportista.
Fuente: El Heraldo
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