La reciente suspensión de las inspecciones rigurosas a camiones de carga mexicanos por parte del Departamento de Seguridad de Texas ha sido un respiro para el transporte de mercancías hacia Estados Unidos. La medida, que comenzó el pasado 27 de abril en los cruces fronterizos de Córdova-Américas y Zaragoza-Ysleta, había generado graves contratiempos y demoras para miles de transportistas.
El anuncio de la suspensión, dado a conocer por la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), marca un cambio bienvenido en la dinámica de operaciones entre ambos países. Durante semanas, los transportistas se enfrentaron a largas esperas y obstáculos en la distribución de mercancías debido a las inspecciones intensivas ordenadas por el gobernador de Texas, Greg Abbott.
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Si bien Abbott había justificado estas medidas como parte de los controles migratorios y de seguridad fronteriza, su impacto en el comercio bilateral fue significativo. La decisión de suspender las inspecciones llega después de esfuerzos por parte de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) para mitigar el impacto en los transportistas mexicanos.
La extensión de los horarios de operación en los cruces fronterizos busca proporcionar a los transportistas una ventana de oportunidad para atravesar la frontera con menos interrupciones. Sin embargo, la incertidumbre persiste, ya que se espera que las inspecciones puedan reanudarse en Ciudad Acuña, Coahuila, una ciudad estratégicamente ubicada en la frontera entre ambos países.
La situación resalta la importancia de una coordinación efectiva entre las autoridades de ambos lados de la frontera para garantizar un flujo eficiente y seguro del transporte de carga. Mientras tanto, los transportistas mexicanos respiran aliviados ante esta suspensión temporal, pero permanecen atentos a los desarrollos futuros en la frontera con Texas.
Fuente: El Horizonte
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