La situación de seguridad en las carreteras de México se ha convertido en un tema preocupante para los transportistas, que enfrentan un aumento alarmante de robos con violencia. En 2023, se registraron cerca de 13,000 casos de asaltos a transportistas, según datos de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar). Este fenómeno no solo afecta a los conductores, sino que también tiene repercusiones significativas en la cadena de suministro, la economía y la seguridad pública en general.
Las entidades más afectadas por estos asaltos son el Estado de México, Puebla y Guanajuato, donde los delincuentes se han especializado en el robo de mercancías de alto valor, como hidrocarburos y productos químicos. Este tipo de mercancías no solo son costosas, sino que su sustracción puede tener un impacto significativo en la economía, ya que afectan el abastecimiento de productos esenciales y generan pérdidas millonarias para las empresas involucradas en su transporte.
Un entorno peligroso para los operadores
Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelan que el 85% de los asaltos a transportistas se cometieron con violencia, exponiendo a los operadores a un alto riesgo en cada recorrido. Esta alarmante estadística resalta la vulnerabilidad de los transportistas y la necesidad urgente de implementar medidas efectivas para salvaguardar su seguridad.
También le puede interesar: El futuro del transporte de carga en México: Sostenibilidad y crecimiento transfronterizo
María de los Ángeles Useche Serrano, directora comercial de Total Protect, una empresa especializada en monitoreo y geolocalización, enfatiza la importancia de la tecnología y la prevención activa para reducir los riesgos en carretera. “Es esencial que los transportistas adopten prácticas proactivas que les permitan mitigar los riesgos y estar mejor preparados ante cualquier eventualidad”, señala Useche.
Recomendaciones para mejorar la seguridad
Total Protect, que atiende más de 20,000 eventos de riesgo anuales, ha elaborado una serie de recomendaciones prácticas para ayudar a los transportistas a mejorar su seguridad y minimizar los riesgos en carretera. Estas prácticas, aunque sencillas, pueden marcar la diferencia en un entorno tan hostil como el actual:
- Revisión previa del vehículo: Antes de cada viaje, es indispensable verificar combustible, aceite y neumáticos para evitar fallas imprevistas. Un vehículo en óptimas condiciones reduce la posibilidad de quedar varado en una situación vulnerable.
- Evitar paradas en los primeros 300 km: Minimizar el riesgo de asaltos es crucial. Evitar detenerse durante las primeras horas del trayecto disminuye las posibilidades de ser víctima de un robo, ya que los delincuentes suelen esperar en las cercanías de las salidas de las ciudades.
- Viajar en convoy: Circular en grupos ofrece mayor disuasión y respaldo ante cualquier intento de robo. La presencia de múltiples vehículos puede hacer que los delincuentes piensen dos veces antes de atacar.
- Detenerse solo en zonas seguras: Hacer paradas únicamente en áreas vigiladas con cámaras de seguridad es fundamental. Esto no solo protege al transportista, sino también la carga que lleva consigo.
- Instalar sistemas de monitoreo 24/7: La implementación de GPS ocultos permite una localización rápida en caso de robo. Contar con tecnología que facilite el rastreo de la mercancía y el vehículo es clave para aumentar las posibilidades de recuperación.
Una crisis que exige atención urgente
La creciente violencia en las carreteras de México es una crisis que no puede ser ignorada. Las autoridades, junto con las empresas de transporte y las organizaciones del sector, deben trabajar de la mano para implementar soluciones efectivas que garanticen la seguridad de los transportistas. La colaboración entre las fuerzas de seguridad y el sector empresarial es esencial para crear un entorno más seguro y reducir la incidencia de robos.
La situación actual plantea preguntas críticas sobre la seguridad de los transportistas y la eficacia de las medidas implementadas hasta ahora. La falta de protección adecuada no solo pone en riesgo a los conductores, sino que también tiene un efecto dominó en la economía del país. Las pérdidas económicas derivadas de estos robos son significativas y, a largo plazo, podrían afectar la estabilidad del sector.
Es imperativo que el gobierno y las autoridades competentes aborden esta problemática de manera proactiva, fortaleciendo la seguridad en las carreteras y proporcionando un marco legal que proteja a los transportistas. La capacitación en seguridad y el uso de tecnología avanzada son herramientas indispensables en la lucha contra el crimen.
El futuro de la industria del transporte en México depende de la capacidad de todos los actores involucrados para adaptarse a un entorno cambiante y potencialmente peligroso. A medida que el robo a transportistas continúa siendo una preocupación creciente, es fundamental que se tomen medidas efectivas y se fomente un entorno más seguro para todos. La seguridad no solo es un derecho, sino una necesidad para garantizar el flujo continuo de bienes y la estabilidad económica del país.
Fuente: Info Transporte
Add Comment