Si bien los empresarios tienen un compromiso con el medio ambiente, es necesario buscar la manera de cumplir con las metas de descarbonización del transporte de carga.
A partir del primer minuto de 2024, el estado de California, en Estados Unidos, comenzó a hacer efectivo el calendario que define los tiempos para el cumplimiento del plan Flotas Limpias Avanzadas, que busca hacer una transición completa de los camiones que viajan por este territorio a tecnología de cero emisiones para 2045.
“Según la nueva norma, los propietarios de flotas que operen vehículos para servicios privados como la entrega de última milla y flotas federales como el Servicio Postal, junto con las flotas de los gobiernos estatales y locales, comenzarán su transición hacia vehículos de cero emisiones a partir de 2024”, definió en su momento la Junta de Recursos del Aire de California.
En consideración de Israel Delgado, vicepresidente de la Región Noroeste de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) y CEO de Express Service Transport, la transición a vehículos cero emisiones es un tema sensible para las empresas de autotransporte que operan en la zona noroeste de México.
Lo anterior debido a diversos factores, entre ellos la disponibilidad y costo de unidades, ausencia de estímulos para la renovación de la flota, falta de infraestructura y poca capacidad energética para atender la demanda de los vehículos eléctricos, a esto se le suman los retos en materia de agilización de cruces y los retrasos en las aduanas.
Hay que considerar otros elementos como la autonomía del vehículo, el peso de la batería que indudablemente impacta la capacidad de carga útil de los vehículos y, por supuesto, los tiempos de recarga.
“Esta transición nos pone en un sentido de urgencia para empezar a ver cómo vamos a paliar este tema, entendiendo que estamos entrando en un terreno totalmente desconocido”, afirmó Delgado.
El CEO de Express Service Transport aclaró que, si bien los empresarios tienen un compromiso con el medio ambiente, es necesario buscar la manera de cumplir con las metas de descarbonización del transporte de carga.
“Si bien es cierto ningún estado de la República Mexicana tiene una obligatoriedad inmediata por ley de transicionar a vehículos cero emisiones, en Baja California es diferente porque si queremos seguir haciendo negocio con California, tendremos que entrarle sí o sí”, afirmó.
En este sentido, 2024 es un año decisivo ya que es la ventana de oportunidad que tienen los transportistas de la zona para definir la hoja de ruta para cumplir con estos requerimientos, aunque la pregunta es ¿cómo se logrará competir con condiciones muy distintas entre México y Estados Unidos?
En un escenario ideal, definido por el empresario, está colocar el tema en la agenda de los aspirantes a cargos de elección pública, de modo que se ubique en el justo lugar y se le dé la importancia que tiene para el país, la economía, la exportación e importación. A la par, es urgente contar con políticas públicas y esquemas financieros que permitan una transición rápida y amigable a vehículos cero emisiones.
El panorama ideal para el transporte mexicano, que podría empezar en Baja California, es que se cuente con un programa de incentivos combinado, entre recursos estatales y federales y que de alguna manera esté homologado con los incentivos que se implementaron en California. Además, tener un programa para poder cambiar unidades antiguas a vehículos eléctricos y trabajar en pruebas piloto para tener cruces más eficientes y ahorrar energía”, detalló Delgado.
En contraparte, el vicepresidente de la Región Noroeste de la Canacar definió que el peor escenario sería que los transportistas binacionales o del lado de México que cruzan la frontera a Estados Unidos no pudieran hacerlo más debido a que no se tengan las condiciones para cumplir con las normas.
“Asimismo, la industria de exportación ubicada en el estado tendría que buscar otros estados como alternativas para poder emigrar e instalar sus inversiones, de tal manera que no se tenga ese obstáculo. Debemos entender que no solamente se pondría en riesgo a un sector de la economía, sino todo el estado en su conjunto, lo que tendría impacto en la creación de empleos, en la inversión extranjera directa, así como en las exportaciones e importaciones”, aseguró Delgado.
Fuente: T21
Imagen: Ciencias ambientales
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