Después de un 2023 marcado por incrementos constantes en los precios del transporte aéreo, la primera quincena de noviembre trae una noticia alentadora para los viajeros: la inflación en el sector aéreo finalmente disminuyó. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el precio del transporte aéreo regular registró una caída de 2.83% en comparación con el mismo período del año pasado. Este es el primer descenso en la inflación de boletos aéreos desde junio de 2023, cuando los precios de los vuelos también disminuyeron un 8.4%.
A pesar de que el sector experimentó aumentos de dos dígitos en los precios durante el año, los datos de noviembre reflejan una tendencia más moderada. La inflación acumulada hasta la primera quincena de noviembre se sitúa en un 2.11%, un porcentaje mucho más bajo comparado con los incrementos históricos registrados anteriormente. Sin embargo, al comparar los precios de este noviembre con los de principios de año, el aumento sigue siendo alarmante: un 49.9% más en comparación con la primera quincena de enero.
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Este ajuste en los precios llega en un contexto de desafíos para la industria aérea. El Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) destacó que durante el verano, los precios de los vuelos nacionales enfrentaron fuertes limitaciones de asientos debido a problemas técnicos y operativos. Estas restricciones afectaron principalmente las rutas nacionales, que son una fuente clave de ingresos para las aerolíneas.
A pesar de la desaceleración en la inflación en la primera quincena de noviembre, el CNET advirtió que la demanda del transporte aéreo sigue estando sometida a diversas presiones externas. Factores como las altas tasas de interés, la volatilidad en los precios de los energéticos y las disrupciones en el comercio internacional continúan transfiriendo costos adicionales al transporte aéreo, lo que podría repercutir en los precios de los boletos a futuro. Esta realidad plantea dudas sobre la sostenibilidad de la tendencia de disminución en los precios.
James Salazar, subdirector de Análisis Económico de CIBanco, explicó que la reducción en los precios de los vuelos en noviembre puede atribuirse, en parte, a una menor presión general en el sector servicios, que incluye el transporte aéreo. Según Salazar, la demanda de servicios ha comenzado a moderarse, lo que ha dado lugar a precios más bajos. “Casi todo el sector servicios ha estado muy presionado, y el transporte aéreo no ha sido la excepción”, afirmó. Además, el factor estacional también ha jugado un papel importante, ya que no hay una temporada alta en este período, lo que ha permitido una disminución en los precios de los boletos.
A pesar de esta ligera mejora, la incertidumbre sobre el futuro de los precios sigue siendo un tema relevante. El transporte aéreo sigue siendo un sector vulnerable a factores macroeconómicos, como las fluctuaciones en los costos de los combustibles y las políticas gubernamentales, así como a la capacidad de las aerolíneas para gestionar sus costos operativos. Por lo tanto, los viajeros podrían experimentar precios volátiles en los próximos meses, a medida que estos factores sigan influyendo en la industria.
Es crucial señalar que, aunque los precios hayan bajado en noviembre, la recuperación total del poder adquisitivo de los consumidores en cuanto a transporte aéreo aún está lejos. Las familias, los turistas y los viajeros de negocios continúan enfrentando un panorama incierto, donde la fluctuación de los costos de los boletos es una preocupación constante. La pregunta que queda en el aire es si esta disminución de los precios es un respiro temporal o si se convertirá en una tendencia sostenible para el sector.
La caída en los precios del transporte aéreo en la primera quincena de noviembre es un indicio positivo, pero aún queda mucho por hacer para garantizar que esta tendencia se mantenga a lo largo del año. Las aerolíneas, las autoridades gubernamentales y los actores clave de la industria deben trabajar juntos para mitigar las presiones externas que afectan los costos y asegurarse de que los precios se mantengan accesibles para los consumidores. Sin duda, el transporte aéreo sigue siendo un sector clave para la movilidad de millones de personas, y su estabilidad es crucial para el desarrollo económico y la confianza del viajero.
Fuente: A21 KM
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